LA VISERA

"El Instituto Geográfico Nacional informa: ayer domingo día 14 de julio, a las 11:00, se ha detectado un fuerte movimiento sísmico en la zona de la Galliguera, concretamente en los Mallos de Riglos. Localizado epicentro en lo alto de La Visera..."

"Se ruega revisión completa de instalaciones del rapel por los temblores sufridos"

- ¿Quién dijo miedo?
- Yooooooooooooooo
- Pero los miedos hay que enfrentarse a ellos y se superan!!!


Ya llevamos mucho tiempo hablando de hacer ese gran rapel, desde la cima de la Visera, doscientos metros verticales, desplomados, y cada vez que pasamos cerca nos lo imaginamos, pero parece que nunca llega el momento. Por fín hace poco decidimos comprar lo imprescindible, un rollo de más de 200 metros de cuerda. Ya solo queda buscar una fecha que nos cuadre, pero parece que no nos ponemos de acuerdo en el día, siempre le viene mal a alguien, y al final se quedan en el camino amigos que no pueden venir y echamos de menos.

Por fin fijamos el día D, este domingo, por eso quedamos el sábado para practicar un poco en Ayerbe, alguno dudamos, pero ya quedamos para el domingo.

Ya no sabemos si tritones, pero por supuesto, si MAJARAS (hay que estarlo para hacer lo que vamos a hacer), y creo que desde ahora COLGAOS, el Equipo Visera está compuesto por Inazio (el especialista, ya es su tercera vez), Javi-Inox, Paco, Carmen (que ha venido de tierras muy lejanas) y quién escribe esto, Javi-Epicentro.

Madrugamos para intentar evitar los calores del día en esa pared, sabemos que vamos a estar "colgados" más de 20 minutos, tras equiparnos, empezamos a subir hacia la cima de La Visera y con la precisión de un cronógrafo suizo nos turnamos en el transporte de la mochila que contiene 220 metros de cuerda (de 9 milímetros, para que pese menos, uffff). De todas las formas, cuando a todos nos ha tocado llevar la cuerda, parece que la mochila nos daba alas. Disfrutamos del paisaje en esta mañana, mientras el sol empieza a iluminar las paredes de los Mallos.



Ya en lo alto de la cima, da un poco de miedo mirar abajo, mientras se prepara todo el equipo y se despliega la cuerda, unas risas (para no pensar en nada), unas fotos de recuerdo con Coco, que será nuestra mascota hoy, no somos capaces de probar bocado, el estómago está encogido.
Javi-Inox es el primer valiente, mientras baja escuchamos sus gritos de placer, está disfrutando de la bajada, durante un tiempo que se nos hace interminable, unos 25 minutos colgado.

Tras democrática votación, decidimos que Inazio sea el último en bajar, por lo que baja Paco el segundo, una foto y nos despedimos hasta luego, otra larga espera.




Cuando nos avisan por el walkie talkie que Paco ya ha tocado el suelo, me decido a bajar, si espero más igual me arrepiento, Inazio siente como se mueven los Mallos, pero resulta que no es un terremoto, son mis piernas que hacen temblar la pared. Me cuesta salir pero una vez colgado en el vacío ya no hay vuelta atrás, a bajar e intentar disfrutar de las vistas, el pueblo (las casitas parecen de monopoly), la montaña y cuando la cuerda me gira un poco, los nidos de buitre en la pared. Una vez abajo, Amparo y Alba, que han venido para inmortalizar con fotos y vídeo nuestra experiencia, me cuentan que un alimoche sobrevoló a muy poca distancia de mi cabeza. Paro de vez en cuando para descansar los brazos, que están en tensión del esfuerzo y para intentar no sobrecalentar el descensor. Miro hacia abajo y parece que no se acaba nunca, miro hacia arriba y veo la reunión cada vez más lejos, confío en la cuerda, en mis fuerzas y continúo poco a poco, hasta que toco el suelo y me relajo. Como a todos, noto que las piernas casi no me sostienen, es lo que tiene estar casi 25 minutos colgado, es el síndrome del arnés. Nos reunimos, felicitamos y avisamos que baje el siguiente.

Es Carmen, parece que tiene prisa por bajar, porque nos da la sensación  de que lo está haciendo muy deprisa, la gritamos que baje más despacio, pero el peso de la cuerda hace su trabajo y ralentiza su velocidad, pero aún así, quizás es la que menos ha tardado en bajar.

Ya solo queda Inazio arriba y comienza su descenso, que nos deleita en ocasiones con los brazos en cruz y acrobacias varias, y como todos, disfrutando de estos momentos colgado en el vacío.

Hace un rato que Paco ha salido de nuevo hacia arriba por el camino, para desinstalar el rapel y lanzar la cuerda. Se merece doble felicitación por el sobresfuerzo. Bravo amigo!!!

Ya cuando vamos a volver al pueblo llega Toño que no ha podido unirse hoy a nuestro equipo, aunque ganas no le han faltado y nos lleva la mochila con la cuerda hasta el coche.

200 metros (más o menos la altura de un edificio de 65 plantas), nada más empezar a bajar, los pies pierden el contacto con la pared, que está lejos, muy lejos, calculamos que a más de 20 ó 30 metros. 

Entre el cielo y el suelo hay algo..., una cuerda verde que los une y pequeños puntos que se deslizan por ella.

Bajamos despacio, el stop alcanza unas temperaturas que ni unos altos hornos, sólo con acercar la mano, sentimos el calor que desprende, hay que evitar quemar la cuerda.

Muchas sensaciones increíbles hoy, una experiencia inolvidable, unos ratos compartidos divertidos y algo de lo que hablar un tiempo.

Objetivo cumplido!!!

Majaras, Colgaos, Tritones, siempre con algo en mente....

Otro día más, incluso alguna foto, un saludo y hasta la próxima

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