Este mes ha estado repleto de actividad, por lo menos para mí, y aunque no hayamos hablado de todo lo que hemos ido haciendo, ya habéis visto algo.
Hoy me toca hablar de este descenso que realizamos el lunes 22 de julio, hace ahora una semana. Los caudales por el Pirineo son altos, algo excepcional para estas fechas, dos semanas seguidas de tormentas por la zona que sumado a las grandes cantidades de nieve acumulada en nuestras queridas montañas, hace que alguno de los descensos típicos para estas fechas, bajen con caudales que infunden respeto y nos toca pensar descensos alternativos.
La idea inicial era bajar Trásito Superior, pero al comprobar el caudal de la última cascada desde la carretera, decidimos cambiar este descenso por el Inferior, que lleva buen caudal, poco habitual para la fecha.
Nos aventuramos Antonio, Pablo, Eva, Carmen y quién firma esta piada y la mayoría de las fotos: Javi.
Desde el primer momento vemos que el caudal es alegre, ya no recuerdo nada del barranco de aquella vez que lo bajé, allá por el año 2000 y me sorprende gratamente. El agua es fresca, pero el día es caluroso y con nuestros trajes apenas lo sentimos (Inazio, ¿cómo conseguíais antes bajar los barrancos sin neopreno???)
Avanzamos sin problemas, salvo el frío que empieza a sufrir Pablo y que se soluciona con mi chaqueta, esa que últimamente llevo siempre y nunca me pongo, por lo menos hoy ha tenido uso. Disfrutamos del agua corriente, del verdor del entorno, de los pequeños tramos estrechos. Nos sorprende gratamente hoy este barranco.
El agua limpia corre con alegría y hace que sea más divertido bajarlo, los pequeños rapeles que vamos encontrando se hacen sin problemas, además la cuerda nueva (si, esa que estrenamos unos locos en la Visera) ya está cortada, se maneja muy bien y pesa poco, además con ese color se ve muy bien en las fotos... jejeje
Ya cerca del final, nos encontramos dos rapeles, en los que en agua tiraba fuerte por dónde debíamos pasar y buscamos alternativa por la izquierda, que no debía ser casualidad, ya estaban instalados con cintas desde árboles, para evitar la fuerza del agua, que por las marcas que hemos ido viendo, hoy se puede hacer, pero ha debido bajar indomable.
Una vez terminado el descenso, toca el retorno al coche, que hemos equivocado la senda de subida y llegar hemos llegado, pero las piernas y brazos han sufrido las consecuencias... pero bueno el gato es mío...
Otro día disfrutando, haciendo lo que nos gusta, y con la compañía de buenos amigos, que mas se puede pedir?
hasta la próxima....
Muy chulo, buen reportaje salu2
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